En las últimas semanas, el aeropuerto de Bruselas, el aeropuerto de Lieja y múltiples instalaciones militares belgas han registrado una serie de avistamientos de drones que ahora están provocando una respuesta de seguridad a nivel nacional. Según informes de prensa, el Consejo de Seguridad Nacional de Bélgica ha sido convocado para abordar las crecientes incursiones en el espacio aéreo en aeropuertos y bases militares.

 

 

Destacan varios incidentes. A principios de octubre, se observaron aproximadamente quince drones sobre el área de entrenamiento en Elsenborn, una zona militar cercana a la frontera alemana. El 4 de noviembre, los avistamientos de drones en el aeropuerto de Bruselas y el aeropuerto de Lieja obligaron a cierres temporales y cancelaciones de vuelos como medida de precaución.

En las instalaciones militares, las intrusiones son particularmente preocupantes. Se vieron drones cerca de la Base Aérea Kleine-Brogel, conocida por albergar armas nucleares estadounidenses bajo acuerdos de intercambio de la OTAN, y otros sitios sensibles. El ministro de Defensa de Bélgica, Theo Francken, describió el patrón como una operación de espionaje en lugar de una travesura de aficionados.

En respuesta a estos acontecimientos, el primer ministro Bart De Wever ha convocado al Consejo de Seguridad Nacional para examinar los incidentes y trazar una respuesta adecuada. El ministro del Interior, Bernard Quintin, declaró que los vuelos no controlados de drones cerca de los aeropuertos son inaceptables y subrayó la necesidad de un enfoque nacional coordinado.

Los analistas señalan que la situación de Bélgica encaja en un patrón más amplio de incursiones de drones en Europa. Países como Alemania, Dinamarca, Lituania y Noruega han informado de eventos similares, algunos vinculados a lo que las autoridades llaman tácticas de “guerra híbrida”.

Las consecuencias de estos vuelos son significativas. Los cierres e interrupciones de los aeropuertos pueden provocar la cancelación o el desvío de cientos de vuelos, dejando varados a los pasajeros y afectando a las operaciones de carga. Para las instalaciones militares, incluso las penetraciones menores de drones pueden comprometer los protocolos de seguridad, los sistemas de sensores y las zonas de acceso restringido.

A medida que continúan las investigaciones, los servicios de seguridad y las autoridades de tráfico aéreo de Bélgica están bajo presión para demostrar cómo responderán a las amenazas relacionadas con los drones. Se espera que la próxima reunión del Consejo de Seguridad Nacional marque la pauta para la política, lo que podría desencadenar nuevos sistemas antidrones, una mayor coordinación entre las agencias de defensa y revisiones regulatorias de las protecciones del espacio aéreo.

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