China ha acusado a Estados Unidos de incautar ilegalmente más de cien mil bitcoins que, según las autoridades, estaban relacionados con operaciones nacionales de criptomonedas. La afirmación surgió después de que el Departamento de Justicia de EE. UU. anunciara en octubre que había tomado el control de una gran reserva de bitcoin vinculada a una investigación de varios años sobre actividades delictivas en Asia. Los funcionarios chinos dijeron que la incautación equivalía a la apropiación indebida de activos digitales nacionales y cuestionaron la base legal de las acciones del gobierno de Estados Unidos.
Según el Centro Nacional de Respuesta a Emergencias de Virus Informáticos de China, la criptomoneda incautada estaba originalmente en manos del grupo minero LuBian antes de ser transferida a billeteras controladas por EE. UU. en 2020. El centro dijo que Estados Unidos mantuvo los activos durante varios años sin proporcionar detalles públicos sobre sus orígenes o sobre las personas sospechosas de estar involucradas en el presunto esquema. Estados Unidos no ha comentado sobre las acusaciones ni ha proporcionado información adicional sobre la propiedad anterior del bitcoin.
La disputa surgió cuando el Reino Unido concluyó una investigación separada que involucra uno de los casos de fraude de criptomonedas más grandes jamás procesados en el país. Un ciudadano chino, Zhimin Qian, también conocido como Yadi Zhang, fue sentenciado después de admitir haber lavado grandes cantidades de bitcoin que se originaron en un esquema de inversión fraudulento en China. Las autoridades británicas dijeron que el esquema operó entre 2014 y 2017 y defraudó a más de cien mil inversores.
Los investigadores descubrieron que Qian convirtió miles de millones de renminbi en bitcoin antes de salir de China utilizando documentos falsos. Más tarde se mudó a Europa e intentó ocultar los fondos a través de una red de empresas ficticias, cuentas bancarias extranjeras y billeteras de criptomonedas. Las autoridades del Reino Unido descubrieron dispositivos que contenían más de sesenta mil bitcoins, que según los fiscales representaban una de las mayores incautaciones de criptomonedas en la historia del país.
Investigaciones transfronterizas y recuperación de activos digitales
Los dos casos resaltan las crecientes tensiones en torno a la propiedad y recuperación de grandes tenencias de criptomonedas incautadas durante las investigaciones internacionales. La queja de China refleja preocupaciones más amplias sobre el manejo de activos digitales en todas las jurisdicciones, mientras que el caso Qian demuestra cómo la criptomoneda continúa siendo utilizada para mover grandes sumas a través de las fronteras con una supervisión limitada.
Los fiscales británicos dijeron que Qian vivía bajo una identidad falsa y movía fondos a través de varios países europeos en un intento por impedir que los investigadores rastrearan los activos. El Servicio de Fiscalía de la Corona describió su conducta como deliberada y sostenida y señaló que muchas víctimas perdieron los ahorros de toda su vida después de invertir en la plataforma fraudulenta que controlaba. Los equipos legales en el Reino Unido han iniciado procedimientos de recuperación civil destinados a distribuir los fondos incautados, aunque señalaron que el tamaño del caso y la cantidad de inversores afectados harán que la restitución sea un proceso largo.
Los analistas financieros dijeron que la escala global de ambas investigaciones ilustra los desafíos que enfrentan las autoridades cuando los activos digitales se mueven a través de múltiples jurisdicciones. Si bien las transacciones de blockchain crean un registro que puede ayudar a los investigadores a rastrear fondos, el anonimato de la propiedad de la billetera y la velocidad de las transferencias complican los esfuerzos para determinar el control legal. También dijeron que la volatilidad de los valores de las criptomonedas crea incertidumbre para las víctimas que buscan una compensación por los activos incautados años antes.
La cooperación internacional sigue siendo fundamental para ambos casos. Las autoridades del Reino Unido trabajaron con las fuerzas del orden extranjeras para verificar los orígenes del bitcoin vinculado a Qian, mientras que las acusaciones públicas de China contra los EE. UU. resaltan las tensiones diplomáticas que pueden surgir cuando los activos de criptomonedas están en manos de gobiernos en diferentes regiones. Ninguno de los dos países ha publicado información detallada sobre cómo se distribuirán los fondos restantes o sobre el estado de las investigaciones relacionadas.
A medida que las autoridades mundiales continúan adaptándose al crecimiento de los delitos relacionados con las criptomonedas, la escala de las incautaciones recientes subraya la necesidad de marcos legales consistentes que rijan el manejo de los activos digitales. Tanto la disputa entre China y Estados Unidos como la sentencia del Reino Unido muestran que las preguntas sobre propiedad, restitución y jurisdicción seguirán siendo fundamentales para casos futuros a medida que más investigaciones involucren grandes reservas de bitcoin y otras criptomonedas.
