Un PUP, abreviatura de programa potencialmente no deseado, es un software que se instala en un sistema sin el consentimiento claro del usuario o sin comprender lo que hace. No se clasifica como malware porque no daña directamente los archivos ni compromete la integridad del sistema operativo. Sin embargo, su comportamiento a menudo socava el control del usuario al alterar la configuración del navegador, rastrear la actividad en línea o mostrar anuncios intrusivos.

 

 

En macOS, un cachorro puede hacerse pasar por una aplicación legítima, como un optimizador del sistema, un limpiador o un escáner antivirus. Estos programas suelen afirmar que mejoran el rendimiento, liberan espacio o protegen el equipo de amenazas. En la práctica, rara vez brindan esos beneficios. En cambio, modifican las configuraciones del navegador, insertan enlaces patrocinados en los resultados de búsqueda o solicitan a los usuarios que compren actualizaciones de software innecesarias.

Los PUP a menudo llegan a través de procesos de instalación que explotan la confianza del usuario. Muchas aplicaciones gratuitas incluyen software adicional dentro de sus instaladores, presentándolos como componentes “opcionales” que permanecen preseleccionados durante la configuración. Al aceptar las opciones de instalación predeterminadas, los usuarios autorizan sin saberlo al cachorro a instalarse junto con la aplicación principal. Aunque técnicamente permitidas, estas tácticas son engañosas porque se basan en una redacción poco clara o términos intencionalmente ocultos.

La presencia de un cachorro se nota cuando Safari u otro navegador comienza a comportarse de manera impredecible. La configuración de la página de inicio puede cambiar, los resultados de búsqueda pueden ser redirigidos a través de motores desconocidos y aparecen ventanas emergentes repetidamente, advirtiendo de falsos problemas de seguridad o promocionando servicios cuestionables. En muchos casos, el usuario no puede revertir fácilmente estos cambios porque el cachorro instala archivos de soporte o perfiles del sistema que restauran automáticamente la configuración no deseada después del reinicio.

Si bien los PUP no son intrínsecamente maliciosos, su diseño a menudo implica la recopilación de datos no autorizada. Pueden registrar el historial de navegación, los sitios web visitados con frecuencia y las preferencias del usuario para crear perfiles publicitarios. Esta información se comparte con redes publicitarias o corredores de datos, creando riesgos de privacidad que van más allá de una molestia menor. Con el tiempo, las constantes redirecciones, la recopilación de datos y los procesos en segundo plano pueden ralentizar el rendimiento del sistema y consumir recursos.

La línea entre el software legítimo y un cachorro puede ser difícil de definir. Algunas empresas distribuyen aplicaciones que técnicamente cumplen con los requisitos de instalación, pero se comportan de manera que engañan o presionan a los usuarios para que realicen compras. Un ejemplo común es un limpiador gratuito que realiza un análisis del sistema, marca los archivos inofensivos como problemas críticos y exige un pago para “solucionarlos”. Si bien estas aplicaciones no son virus, utilizan el marketing basado en el miedo para lograr ganancias financieras.

El creciente número de programas basura dirigidos a los sistemas macOS refleja cómo la popularidad de la plataforma ha atraído a los desarrolladores de software no deseado. macOS se ha ganado una reputación de seguridad y estabilidad, pero esta percepción a veces lleva a los usuarios a bajar la guardia. Es más probable que aprueben instalaciones sin examinar los permisos, lo que facilita que los programas basura se infiltren en el sistema. Una vez instalados, estos programas pueden funcionar silenciosamente durante semanas o meses antes de que los usuarios se den cuenta de su impacto.

Cómo se instala PUP Malware en tu Mac

La mayoría de los programas basura llegan a Mac a través de paquetes de software, un método de distribución que empaqueta varios programas en un solo instalador. Los usuarios descargan una aplicación que desean y reciben uno o más componentes adicionales al mismo tiempo. Si la instalación se ejecuta con la configuración predeterminada, el cachorro se instala automáticamente. Debido a que este proceso a menudo usa marcos de instalación legítimos, rara vez desencadena una advertencia del sistema operativo.

Otra ruta común involucra la publicidad engañosa. Las ventanas emergentes o los banners afirman que la Mac necesita una actualización de rendimiento o un parche de seguridad crítico. Al hacer clic en estas alertas, se inicia una descarga que instala aplicaciones no deseadas disfrazadas de herramientas del sistema. En muchos casos, el cachorro obtiene acceso administrativo solicitando permisos con el pretexto de realizar el mantenimiento.

Algunos programas basura instalan perfiles de configuración en macOS para garantizar la persistencia. Estos perfiles anulan la configuración estándar del navegador, lo que le da al programa control sobre la página de inicio y las preferencias de búsqueda. Incluso después de que los usuarios intenten eliminar extensiones o borrar datos de navegación, el archivo de configuración restablece los cambios no deseados. Este método es efectivo porque macOS trata los perfiles de configuración como componentes confiables del sistema, lo que significa que rara vez se marcan como amenazas.
El cachorro también puede registrarse como un elemento de inicio o un servicio en segundo plano. Esto le permite iniciarse automáticamente cada vez que se inicia la Mac. En casos más persistentes, el programa instala herramientas auxiliares ocultas que monitorean las preferencias del sistema y las restauran si se modifican. Con el tiempo, este comportamiento da como resultado un ciclo continuo de redireccionamientos y notificaciones no deseadas.

La distribución de PUP está respaldada por redes de marketing de afiliados que pagan a los desarrolladores por cada instalación. Esto crea un incentivo para difundir el software lo más ampliamente posible, a menudo a través de una promoción engañosa o agresiva. Los usuarios que buscan utilidades gratuitas, convertidores de archivos o complementos del navegador son los objetivos más frecuentes porque estas categorías de software suelen incluirse con componentes adicionales.

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