Jaguar Land Rover ha reportado pérdidas financieras sustanciales tras un incidente cibernético que obligó a la compañía a detener la producción en sus instalaciones del Reino Unido durante varias semanas. El fabricante ha declarado una pérdida antes de impuestos de 485 millones de libras para el trimestre que termina el 30 de septiembre. Los ingresos cayeron a 4.900 millones de libras, lo que representa una caída de casi un trimestre respecto al mismo periodo del año pasado. La empresa afirmó que la interrupción le impidió alcanzar los objetivos de producción y ralentizó la entrega de nuevos vehículos durante un periodo de alta demanda.

 

 

Según la empresa, el incidente comenzó cuando un intruso accedió a sistemas internos utilizados para apoyar las operaciones de fabricación. Las líneas de producción en varias instalaciones del Reino Unido se cerraron como medida de precaución mientras la empresa contenía la intrusión y comenzaba los trabajos de recuperación. Jaguar Land Rover afirmó que reanudó operaciones solo tras implementar controles de seguridad adicionales y verificar que los sistemas podían funcionar de forma segura. La empresa también afirmó que actualmente no hay indicios de que se accediera o eliminara datos de los clientes durante el incidente.

El esfuerzo de recuperación tuvo un coste significativo. Jaguar Land Rover informó de 196 millones de libras en gastos directos relacionados con el incidente. Estos costes incluyen restauración del sistema, soporte de ciberseguridad, reemplazo de equipos y pérdida de producción durante el apagón. La productividad se resintió en las operaciones de montaje y cadena de suministro durante el corte, y la empresa sufrió retrasos en la entrega de vehículos a los clientes. Los directivos afirmaron que el tiempo de inactividad contribuyó en gran medida al rendimiento financiero trimestral y influirá en los resultados del año completo.

La empresa señaló que otros factores de negocio también afectaron al trimestre. Entre ellas se incluyen aranceles más altos en Estados Unidos y reducciones en las antiguas líneas de modelos Jaguar a medida que la compañía avanza hacia nuevas plataformas. Sin embargo, el incidente cibernético tuvo el impacto más inmediato al retirar temporalmente varios grandes centros de producción del servicio. Jaguar Land Rover afirmó que se está centrando en estabilizar la producción, hacer frente a los atrasos de pedidos de los clientes y continuar desarrollando su gama de vehículos eléctricos de próxima generación.

Los analistas del sector afirman que la magnitud de la disrupción ilustra lo dependiente que es la fabricación moderna de automóviles de los sistemas conectados. El equipo de producción, las plataformas logísticas y las herramientas de comunicación internas operan a través de redes digitales que deben funcionar en coordinación. Cuando esas redes se ven comprometidas, aunque sea brevemente, los efectos pueden repercutir en fábricas, proveedores y canales de distribución. En este caso, los proveedores de todo el Reino Unido experimentaron retrasos o paros temporales cuando Jaguar Land Rover suspendió las operaciones. Las estimaciones del Centro de Monitoreo Cibernético indican que el impacto económico combinado en la cadena de suministro más amplia podría alcanzar hasta un coma nueve mil millones de libras.

La empresa no ha publicado detalles técnicos sobre la intrusión ni sobre los sistemas específicos implicados. Indicó que está trabajando con especialistas en ciberseguridad y socios gubernamentales mientras continúan las investigaciones. Jaguar Land Rover afirmó que ha priorizado mejoras en la segmentación de sistemas, la monitorización y el control de acceso en respuesta al incidente. También está comprometido a fortalecer la resiliencia en toda su infraestructura digital para reducir la probabilidad de un evento similar.

En los últimos años, las empresas automovilísticas han enfrentado un aumento de la discriminación por parte de grupos de amenaza. Los analistas atribuyen esto a la complejidad de las cadenas de suministro automovilísticas y al alto valor de los datos que poseen los fabricantes. Las interrupciones en la producción pueden generar una fuerte presión para restablecer las operaciones rápidamente, lo que puede convertir a estas empresas en objetivos atractivos para atacantes que buscan maximizar la interrupción operativa. El incidente de Jaguar Land Rover se alinea con este patrón, mostrando cómo una sola intrusión puede afectar la capacidad de fabricación y el rendimiento financiero de una empresa.

La empresa afirmó que se está centrando en la recuperación operativa y espera que los niveles de producción se estabilicen en los próximos trimestres. También afirmó que sigue comprometida con su estrategia de electrificación y seguirá invirtiendo en investigación, diseño y fabricación de nuevos modelos. Los directivos subrayaron que la empresa está trabajando para reconstruir la resiliencia y mantener el impulso en su hoja de ruta de productos a pesar del contratiempo.

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