Las autoridades tailandesas incautaron activos valorados en unos 300 millones de dólares estadounidenses durante una investigación sobre personas sospechosas de estar implicadas en fraudes en línea a gran escala. Los funcionarios señalaron que la acción forma parte de una investigación más amplia vinculada a las redes que operan en todo el sudeste asiático. Los activos incluyen bienes inmuebles, vehículos, efectivo y otros objetos de valor. Las autoridades emitieron órdenes de arresto para 42 personas. Informaron que 29 personas fueron detenidas.
Los investigadores dijeron que se sospecha que la red utiliza compuestos fraudulentos que dependen del trabajo forzado. Afirmaron que los trabajadores de estos centros son coaccionados para llevar a cabo esquemas de fraude en línea que apuntan a víctimas en muchos países. Estos esquemas suelen implicar manipular a las víctimas a través de plataformas sociales o servicios de mensajería antes de persuadirlas para que transfieran fondos a plataformas de inversión fraudulentas. El método, a menudo descrito por los investigadores como un fraude financiero de largo plazo, ha sido vinculado a pérdidas significativas a nivel internacional.
Las autoridades señalaron que la red también está sospechosa de mover ingresos ilícitos a través de empresas pantalla y canales de criptomonedas. Afirmaron que las complejas estructuras financieras permiten a los operadores dirigir los ingresos entre varias jurisdicciones, lo que complica el trabajo de investigación. Socios internacionales ya han tomado medidas anteriormente contra redes similares. En un caso reciente, las autoridades de Estados Unidos incautaron una gran cantidad de criptomonedas que se cree están relacionadas con actividades relacionadas.
Los investigadores describieron las incautaciones en Tailandia como un intento de limitar la capacidad operativa de la red sospechosa. Afirmaron que restringir el acceso a propiedades y activos financieros interrumpe el flujo de fondos utilizados para apoyar los complejos fraudulentos. Las autoridades dijeron que la investigación sigue activa y que son posibles más detenciones. Dijeron que los registros financieros y las pruebas digitales seguirán siendo revisados.
Analistas regionales señalaron que las operaciones de fraude transfronterizo que combinan trabajo forzado, delitos financieros y engaño en línea suponen un desafío significativo para las fuerzas del orden. Señalaron que las víctimas y los operadores suelen estar ubicados en diferentes países, lo que requiere coordinación entre las autoridades nacionales. También señalaron que la implicación de criptomonedas y acuerdos financieros complejos dificulta el rastreo de los ingresos.
Las autoridades de Tailandia dijeron que están trabajando con socios internacionales para analizar el material recogido durante la operación. Indicaron que cualquier prueba de delitos cometidos en otras jurisdicciones será compartida con las agencias correspondientes. Los funcionarios señalaron que el objetivo es identificar a los organizadores clave y reducir la capacidad de la red para continuar operando.
