Todo el mundo conoce la regla. Use contraseñas seguras y únicas para cada cuenta. Sin embargo, de alguna manera, la mayoría de nosotros todavía no lo seguimos. Reutilizamos las mismas contraseñas repetidamente, tal vez cambiando una letra o agregando un número para sentirnos más seguros. Se siente inofensivo, incluso inteligente, hasta que una brecha lo expone todo.
According to research by NordPas S, casi dos de cada tres personas admiten reutilizar contraseñas en varias cuentas. JumpCloud’s own study agrega que la persona promedio ahora administra alrededor de 170 contraseñas. Ese asombroso número explica mucho sobre por qué las personas caen en malos hábitos.
¿Por qué seguimos reutilizando contraseñas?
La reutilización de contraseñas no es una cuestión de pereza. En muchos casos, es un síntoma de sobrecarga digital. Piense en cuántas cuentas en línea ha creado a lo largo de los años para la banca, el streaming, las compras, los juegos, los servicios públicos, la atención médica, las redes sociales, las herramientas de trabajo y más. Cada uno exige un nombre de usuario y una contraseña, idealmente largos y complejos.
Para la mayoría de las personas, es imposible recordarlos todos, por lo que toman atajos. Se apegan a una o dos contraseñas que pueden recordar fácilmente, o reutilizan las antiguas con pequeñas variaciones, tal vez agregando un número, un símbolo o el año. Es una respuesta humana natural a un problema antinatural.
La encuesta de NordPass encontró que el 60 por ciento de las personas reutilizan contraseñas simplemente porque recordar contraseñas únicas es demasiado difícil. Otro 30 por ciento dijo que no cree que sean lo suficientemente importantes como para ser pirateados. Esa combinación de fatiga y confianza fuera de lugar es exactamente lo que explotan los ciberdelincuentes.
¿Qué sucede cuando una contraseña desbloquea todo?
Reutilizar la misma contraseña es como llevar una llave maestra que abre su casa, su automóvil, su oficina y su caja fuerte. Piérdelo una vez y alguien más puede abrirlo todo.
Cuando una empresa sufre una violación de datos, y miles lo hacen cada año, los nombres de usuario y contraseñas robados a menudo terminan a la venta en línea. Los piratas informáticos usan estas credenciales para intentar iniciar sesión en otros servicios, un proceso llamado relleno de credenciales. Si reutiliza contraseñas, un intento exitoso podría provocar una cascada de infracciones en sus cuentas.
Incluso una sola contraseña filtrada puede dar a un atacante acceso a años de su historial en línea, aplicaciones bancarias, redes sociales, correo electrónico y almacenamiento en la nube. Una vez dentro, pueden robar tus datos, bloquearte o hacerse pasar por ti para estafar a amigos y compañeros de trabajo.
El problema no es solo la complejidad de los ataques, es lo simple que es el desencadenante. Una contraseña reutilizada es todo lo que se necesita.
La falsa sensación de seguridad
Muchas personas creen que están a salvo porque su contraseña parece complicada. Tal vez sea largo, use números o incluya un símbolo. Pero la seguridad de la contraseña no importa si es la misma que usas en todas partes.
NordPass lo compara con usar la misma llave para todas las puertas de tu vida. No importa cuán fuerte sea esa clave si se duplica y se usa en otro lugar. Una vez copiado, abre todo.
Los hallazgos de JumpCloud se hacen eco de esta advertencia. Si bien la mayoría de los usuarios dicen que saben que la reutilización de contraseñas es peligrosa, menos de la mitad ha cambiado sus contraseñas en el último año. La gente confunde la suerte con la seguridad. El hecho de que aún no haya pasado nada no significa que nada lo hará.
Esa ilusión de seguridad es uno de los hábitos más difíciles de romper. Asumimos que, a menos que nuestras cuentas sean visiblemente pirateadas, estamos bien. En realidad, las credenciales robadas a menudo circulan silenciosamente durante meses o incluso años antes de ser utilizadas.
La fatiga de las contraseñas es real
Los expertos en seguridad tienen un nombre para lo que mantiene este ciclo en marcha, y es la fatiga de las contraseñas. Es el agotamiento que proviene de administrar demasiadas contraseñas. Cuando cada nueva cuenta pide algo “único y fuerte”, el cerebro finalmente se rebela.
NordPass informa que el 70 por ciento de los usuarios se sienten abrumados por la cantidad de contraseñas que tienen que mantener. Esa fatiga los hace recurrir a las opciones más fáciles y memorables, que a menudo son las más débiles.
La investigación de JumpCloud también señala cómo la fatiga de las contraseñas se extiende al lugar de trabajo. Los empleados que tienen dificultades con las contraseñas personales a menudo también las reutilizan para los sistemas de trabajo. Esto convierte un hábito de seguridad personal en una vulnerabilidad organizacional, poniendo en riesgo a empresas enteras.
En otras palabras, las contraseñas débiles no solo ponen en peligro su cuenta de Netflix, sino que pueden comprometer su trabajo, su empleador y sus clientes.
Las contraseñas son la base de nuestras identidades digitales, pero siguen siendo uno de los eslabones más débiles de la seguridad en línea. El problema no es que a la gente no le importe, sino que están abrumados. Reutilizar contraseñas se siente como un atajo, pero en realidad es una invitación.
La investigación de NordPass llama a la reutilización de contraseñas “una epidemia de seguridad global”, y los hallazgos de JumpCloud dejan en claro que incluso las empresas no son inmunes. Todos somos parte del mismo ecosistema, y un mal hábito puede tener un efecto dominó mucho más allá de una sola cuenta.
Entonces, la próxima vez que tenga la tentación de reciclar una contraseña antigua, haga una pausa. Piensa en cuánto de tu vida protege esa contraseña. Luego abra su administrador de contraseñas, genere uno nuevo y recupere el control.
Pasos sencillos para corregir los malos hábitos
La buena noticia es que el problema de la contraseña no es irresoluble. Solo necesita un cambio de mentalidad y las herramientas adecuadas.
Comience usando un administrador de contraseñas. Herramientas como NordPass pueden generar, almacenar y completar automáticamente contraseñas únicas para cada cuenta. Solo necesita recordar una contraseña maestra. Estos administradores mantienen sus credenciales encriptadas y seguras, para que nunca más tenga que depender de la memoria o las notas adhesivas.
A continuación, habilite la autenticación multifactor (MFA) siempre que pueda. Incluso si alguien roba su contraseña, MFA agrega una capa adicional de protección, como un código de un solo uso o un escaneo de huellas dactilares. Los datos de JumpCloud muestran que las cuentas con MFA tienen muchas menos probabilidades de ser violadas que las que dependen solo de contraseñas.
Finalmente, tómese unos minutos para auditar su huella digital. Elimina las cuentas antiguas o no utilizadas y comprueba si tu correo electrónico o contraseña han aparecido en filtraciones de datos conocidas. NordPass ofrece un verificador de brechas gratuito que escanea la web en busca de credenciales comprometidas. Si descubre que su información ha sido expuesta, cambie sus contraseñas de inmediato y nunca las vuelva a utilizar.
Un futuro sin contraseñas
Hay una razón por la que las principales empresas de tecnología se están moviendo hacia la autenticación sin contraseña. Google, Apple y Microsoft han comenzado a implementar “claves de acceso”, que se basan en la autenticación segura basada en dispositivos en lugar de contraseñas escritas.
JumpCloud llama a esto la evolución natural de la ciberseguridad, alejándose de la memorización y acercándose a la confianza en dispositivos verificados y cifrado. Con las claves de acceso, su huella digital, rostro o token de hardware se convierte en su credencial. Es más rápido, más seguro y elimina el factor humano que causa la mayoría de las infracciones.
Pero mientras ese futuro está en el horizonte, las contraseñas siguen siendo las predeterminadas para la mayoría de las personas. Hasta que lleguemos a un mundo sin contraseñas, la mejor defensa es una buena higiene de contraseñas, los pequeños hábitos diarios que te hacen más difícil de hackear.
